MIS INICIOS EN LA FOTOGRAFÍA DE VIAJES

Es curioso hablar de cómo inició esta pasión por la fotografía y los viajes. Fue en la universidad cuando comencé a tener clases de fotografía, pero ¿sabes? curiosamente no contaba con equipo fotográfico, así que trataba de aprender teoría y buscar ángulos y perspectivas como si tuviese, hasta que después, una de mis amigas, podía prestarme su cámara para realizar las prácticas cuando ella hubiese terminado.

Después, en ese mismo periodo, tuve la oportunidad de viajar a España como becaria de excelencia para estudiar un breve tiempo en Mondragon Unibersitatea, País Vasco. Para entonces, mi amiga Esmeralda, súper amable, me prestó su cámara para que pudiese tomar fotografías y las mostrara al regresar.

Al llegar a España, todo fue tan especial, surgió ese sentimiento de querer captar todo aquello que mis ojos veían y mi corazón sentía, para después poder compartirlo con mis familiares y amigos. Ese sentimiento creció a lo largo de mi viaje, no salía sin mi cámara y a donde fuese quería captar algo, algo que me marcara, algo que me hizo asombrarme, algo que hizo sentirme libre o feliz, algo que contara una historia, algo icónico o hist´órico, algo que me hizo evolucionar sin darme cuenta.

Cuando llegaba el momento de compartir mis fotografías, mis compañeros de viaje querían llevarlas con ellos, para recordar y atesorar esos momentos, que incluso me pasaban sus usb para que les pasara mis fotos. Cuando regresé a México, mi alma sonreía cuando al mostrar mis fotografías, éstas inicitaban a otros a querer viajar y conocer.

La fotografía para mí jamás fue una necesidad para mostrar que estaba en un lugar, siempre fue mi manera de expresarme e inmortalizar momentos y sentimientos a través de imágenes, que aunque pase el tiempo siempre me harán vivir de nuevo ese momento.